No es sólo cuestión de maternidad
La creencia generalizada es que la lactancia es un tema de madres e hij@s, de familias lactantes en el mejor de los casos, donde se involucran (algunas veces para peor) pediatras y algunos otros profesionales de la salud.
Pero no es verdad, creer esto es limitarse a concebir la lactancia como un hecho puntual, físico y alimenticio, como todo es quedarse en lo evidente, en la superficie sin ir a la raíz del asunto, lo que por cierto dice mucho de nosotr@s como civilización. Sin embargo, la lactancia es un tema que nos atañe a todos, como sociedad.
Que una mujer sea discriminada, arrestada e incluso víctima de comentarios y miradas desagradables o peor aún que se encuentre sola y sin apoyo por y para amamantar a su hij@ es un problema de tod@s como conjunto, porque ese hecho habla de una sociedad, no sólo de los individuos que lo protagonizan. Nuestra capacidad de amar, nutrir, empatizar, respetar y respaldar es asunto de tod@s no solo de las familias lactantes.
La capacidad que tengamos o no para proteger a las crías, preservar sus derechos y garantizar el acceso a la fuente de sus necesidades da cuenta de nuestro grado de compromiso y amor por la vida y el planeta, habla de nuestra capacidad de nutrir y respaldar el crecimiento y desarrollo de otr@s, nuestra capacidad de "darnos" al otr@, de empatizar con sus necesidades y de generar vínculos profundos y amorosos. Amamantar es mucho más que un acto físico y alimenticio, es una experiencia vital, un acto fundante, nutricio, de amor, generosidad y compromiso. Habla de una actitud de vida, que seguro nos acompañará en la crianza y relación con nuestr@s hijos y se hará extensivo a nuestros vínculos cotidianos.
Normalizar y respaldar la lactancia es mucho más que solo respetar las decisiones de cada quien, es apostarle a un mundo donde primen las necesidades de l@ pequeñ@s, donde nos importe su felicidad y salud, donde el amor sea guía, donde estemos dispuestos a involucrarnos con l@s otr@s desde el respeto, la responsabilidad, el reconocimiento y la solidaridad.
No creo que la lactancia no es la única de amar y respetar a nuestr@s hij@s, pero si tal vez la más directa y la más natural. Un bebé, un niñ@ no sabe del amor de su madre por la cantidad de veces que se lo dice, ni la cantidad de horas que pasa pensando en él, el amor para un niñ@ no es discurso, ni es abstracto es cuerpo, es necesidades cubiertas, es presencia y permanencia y la mejor manera de aprender a amar es poniendo el cuerpo.
No creo que la lactancia no es la única de amar y respetar a nuestr@s hij@s, pero si tal vez la más directa y la más natural. Un bebé, un niñ@ no sabe del amor de su madre por la cantidad de veces que se lo dice, ni la cantidad de horas que pasa pensando en él, el amor para un niñ@ no es discurso, ni es abstracto es cuerpo, es necesidades cubiertas, es presencia y permanencia y la mejor manera de aprender a amar es poniendo el cuerpo.
En este mundo tan llenos de inventos que despersonalizan y enfrían los vínculos, tan repletos de intermediarios asépticos, tan cargados de razones y excusas que nos hacen indolentes, indiferentes y que nos desconectan del otr@ , la lactancia es de las pocas cosas que nos regresa al origen y nos asegura la existencia como especie emocional, amorosa y pacífica
Nos esperemos a vernos con un bebé en brazos para pensar en la lactancia, nos esperemos a que nuestr@ hij@ necesite de la teta de su madre, para ocuparnos de garantizar la continuidad de esa díada, o que a la familia/barrio llegué un nuevo integrante para comenzar a preguntarnos por una crianza respetuosa; la lactancia es amor y el amor nos compete a todos
Muy bonito !!!
ResponderEliminarLo podías decir más alto pero no más claro. Un post maravilloso. Qué bonito sería si todo el mundo estuviera de acuerdo con tus palabras
ResponderEliminarque lindo!
ResponderEliminarpor cierto, te agrego a mis blogs, asi te puedo leer con frencuencia. Pasate por el mio cuando gustes
La última frase me hace reconocer que cuando me puse de parto y me preguntaron si pensaba dar el pecho yo contestaba con un sí dudoso,es triste pero real que no podamos muchas veces empatizar con algo que no hemos sentido en carne propia, ahora sé que estaba escrito en todos los poros de mi cuerpo, que no podía ser de otra manera, que hubiera vivido con un hueco enorme, con un vacío sin siquiera ser consciente de porqué, ahora sé también que todos tenemos algún tipo de vacio en nuestras vidas y también sé que la causa es luchar contra una fuerza que nos atrae misteriosamente hacia cosas que nos pueden hacer felices y consecuentes y las negamos simplemente porque no las entendemos porque queremos controlar y mandar sobre nuestra vida y nuestras emociones cuando tan sólo hemos de dejarnos llevar, lo cual nos resta control pero nos abre todo un mundo inesperado de encuentros con nuestro propio ser y con nuestro destino.
ResponderEliminarsalma
LA discriminación a una mujer por el mero hecho de estar alimentando a su hijo, alimentandolo de modo natural es algo que debería hacer reflexionar a esta sociedad. Porque si el alimento es un biberón ni escandaliza ni sorprende a nadie. Insisto, esta sociedad debería hacer examen de conciencia.
ResponderEliminar"un niñ@ no sabe del amor de su madre por la cantidad de veces que se lo dice, ni la cantidad de horas que pasa pensando en él, el amor para un niñ@ no es discurso, ni es abstracto es cuerpo, es necesidades cubiertas, es presencia y permanencia "
ResponderEliminarBRAVO!!!
Siento profundamente que algo anda muy muy mal en nuestra sociedad.
ResponderEliminarMe pregunto que querra significar en términos de volución esto de censurar tanto el amamntamiento, si la supervivencia de la especie depende de este hecho!!!
Intento mirar con perspectiva.... ver hacia donde nos conducirá per no lo logro, solo logro ver la inmensa capacidad capacidad de adaptación de los bebés que nacen en esat sociedad, el enorme esfuerzo que hacer por permanecer aquí a nuestro lado....