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Mostrando entradas de septiembre, 2010

El Poder de la Palabra

Declaración de principios!

He estado pensando mucho en estos días ¿cómo seguir?, ¿sobre qué puede ser la próxima entrada?, aparecieron muchas ideas por supuesto, pero ninguna lograba satisfacerme del todo hasta que decidí hacerle honor al pediatra Carlos González y hacer mi declaración de principios y así dejo clara mi postura al respecto de la naturaleza de los niños y la crianza. Partamos de la base, soy defensora y practicante de la crianza con apego, no solo porque es lo que me dicta la razón sino, sobre todo porque es lo que mi dicta el corazón, el instinto, las entrañas y el amor y el respeto que le debo a mi hija. Creo sin lugar a dudas que ella es mucho más sabia que yo en cuanto a sus necesidades (calor, amor, piel, mirada, presencia, teta), así que considero válidas, legítimas y razonables sus demandas. No me manipula, ni me "toma el tiempo", ni es caprichosa, o egoísta ella cómo cualquier bebé, como cualquier niño sabe lo que necesita para crecer y desarrollarse y afortunadamente pide!

Bienvenida!

Finalmente me he decido, llevo meses dándole vueltas, coqueteando con la idea sin animarme del todo. Supongo que siempre hace falta ese último empujón que lo ilumina todo. No hay una razón clara, ni especifica, nada pasó hoy en concreto que me hiciera decidirme, tan solo pasó, supongo que es cuestión de maduración y del silencio que hoy invade mi casa. Y ahora que lo pienso, este momento me recuerda a las etapas de transición en mi vida, antes de Kyara, cuando por alguna razón estaba pasando un momento de aprendizajes, de cambios y tenía que salir como loca corriendo al peluquero para que me cambiara el corte y me hiciera algo totalmente distinto, porque no soportaba seguirme viendo la misma cara en el espejo cuando ya mi alma se estaba transformando; algo así siento, aunque ahora es mucho más profundo y no me alcanza con un corte de pelo. Kyara ha llegado como un torbellino cambiándolo todo, girando la vida, dándole nuevo sentido y yo no puedo seguir viéndonos vivir la m