Para quien escribo...

Foto por Sol Baudino

Las heridas que ha dejado en nosotros el vacío de madre son a veces tan hondas, tan profundas y duelen tanto que parece que te vas a morir si lo aceptas, si enfrentas que en realidad no es que "la vida es así" sino que "tu madre lo hizo así contigo" aún por encima de todo el amor que dijo tenerte. Duele tanto y tan hondo descubrir que una mirada de amor, un abrazo, una sonrisa, un juego eran posibles, en vez de ese grito, esa no mirada, ese no cuerpo, es abandono y maltrato...Me encantaría poder pensar esto en abstracto, en tercera persona, hablar de lxs otrxs o en todo caso de mi pasado, de mi como hija. Sin embargo Kyara, las dos sabemos que esto habla de ti, habla de aquello a lo que espero alguna vez tengas el coraje de hacer frente. Si hija, te he maltratado, te he violentado, te he ignorado, he abusado emocionalmente de ti y en muchos momentos he optado por salvarme, por hacerme la vida fácil, aunque eso ha significado abandonarte al vacío de madre y eso es solo a lo que puedo ponerle palabras, es la punta del iceberg que tengo la honestidad de ver y aceptar; cuando crezcas y empieces tu camino como adulta tienes que leerlo y tienes que saberlo, porque aunque sientas que duele tanto que no puedes respirar, que te quedas sin piso y sin sostén si lo aceptas, es en esa consciencia donde reside la posibilidad real de deshacerte de la madre monstruo que encarno, la madre bruja que habrá llenado de pesadillas tu infancia, solo develando mi violencia podrás hacerle frente y desligarte de ella, porque no es tuya hija, nunca ha sido tuya, mis enojos, mis terribles miradas, mis dolorosas palabras, mis angustiantes vacíos, no son tuyos, tu no los provocas, ni los mereces, yo los llevo dentro. 

Soy consciente que mi paso por tu vida dejará heridas abiertas, cicatrices que supuran, soy consciente de ello porque aunque parezca que estoy inundada por la rabia, la ira, la frustración, una parte mía no puede dejar de ser testigo de la devastación que dejo a mi paso, no puedo abstraerme completamente e ignorar tus ojos de terror o profundo dolor, tu llanto desgarrador cuando yo sencillamente no puedo mantenerme más a raya y exploto en toda mi condición de madre bruja- madre monstruo. Quisiera darte algo más fuerte y nutricio de donde asirte, quisiera entregarte un suelo más fértil donde plantar tus raíces y un cielo más amplio para que despliegues tus alas, pero esta soy yo hija, con todo lo mejor y todo lo peor y aunque buceo en mi interior con toda la honestidad de la que soy capaz tratando de crecer cada día, lo cierto es que no estoy ni medianamente cerca de la madre que se que necesitas, la madre que cuando escribo, sueño y pienso para ti, por eso te regalo mis palabras, por eso es para ti para quien escribo, porque espero que algún día encuentres en ellas aquello que desee para ti, aquello que soñé darte, aquello que me parecía lo básico y mínimo, para que sepas que cualquier cosa menor a esto que escribo sobre el maternaje y la crianza que hayas recibido de mi, es porque yo no pude dártelo, no porque no merecías recibirlo o no fueran legítimos tus pedidos. Necesito dejarte espejos donde mirarte, que sepas claramente que no es que no sabía que otras maneras eran posibles o que desconocía de las necesidades de lxs niñxs, o que estaba comida por creencias autoritarias, o que pensaba que era "por tu bien", no hija, la teoría me la se, así que no es ignorancia es vacío de madre, es mi propio abandono y dolor, lo que no me excusa ni me justifica, porque ya no soy víctima de eso, ahora soy responsable por eso, porque la diferencia primordial entre tu y yo es que yo ya no dependo emocionalmente de nadie, ya el que me amen o no, no es la diferencia entre vivir (recibir nutrición) o morir (sufrir abandono). 

Te doy mis palabras hija, pero no te lego la teoría, porque como ya sabrás por experiencia propia la teoría en si misma no alcanza, es insuficiente saberlo si no puedes romper con el nudo que te ata a lo conocido, que desafortunadamente en la sociedad que hemos construido eso conocido está tan profundamente ligado al abandono, el maltrato, la indiferencia, el autoritarismo, que a veces romperlo es el trabajo de toda una vida, día a día, paso a paso, con enormes retrocesos y felices avances. No te doy mis palabras como un decálogo de principios sino para que puedas apoyarte en ellas para ser consciente de todo lo que merecías, de todo lo que necesitabas y que yo no pude darte, para que puedas reconocer en ellas los vacíos de tu alma, y ante todo para que no me justifiques porque "pobre mamá que no sabía" o " pensaba que era lo mejor"; nada de eso hija, no hay excusas, razones si, miles, pero ninguna legítima, tan solo reales, es simple y sin mascaras: a veces sencillamente no puedo, no puedo ser nutricia, ni amorosa y eso no habla de ti, no habla de tus incapacidades o merecimientos o necesidades habla solo y exclusivamente de mi, de mis carencias, mis violencias, mis miedos, mis agujeros profundos, aquellos sobre los que con más o menos coraje cada día intento poner luz, pero se amor mio que esos intentos son torpes e insuficientes frente a la velocidad con la creces y tu necesidad de amparo y nutrición. Te doy mis palabras como un punto de partida para que puedas bucear en tu historia, para que puedas verme descarnadamente, ser dolorosamente consciente de mis incoherencias, de los abismos irreconciliables entre el discurso y el día a día, entre lo que digo y lo que vives, entre lo que sueño y deseo para ti y lo que muchas veces a pesar de mi te doy. Y también te doy mis palabras como la constancia de mis intentos (con más o menos resultados) para hacerme adulta, hacerme madre, sanar mis vacíos y miedos y ponerlos donde corresponde en vez de solo tirarlos sobre ti y no para que me alabes o me reconozcas sino para que entiendas que a mamá hay que cuestionarla, sobre todo donde ella dijo que todo era perfecto y feliz y  que nuestra infancia hay que desnudarla y hacerla trocitos para encontrar las heridas por donde se nos va la vida.

Escribo con la esperanza que cuando crezcas y seas adulta estas palabras puedan servirte para desentrañar mis abusos sobre ti y tomar solo aquello que te dio y te da vida y el resto dejarlo conmigo, porque es mio, es mi dolor, mi vacío, mi violencia. Mientras tanto hija solo puedo prometerte con mi infinito amor que sigo aquí, haciéndole frente a mis carencias, encontrándome cara a cara con mis miedos y abusos los que viví y sobre todo los que reproduzco y genero. Y lo hago porque soy la adulta, soy la grande y es mi responsabilidad. 

Comentarios

  1. No se cómo hacerte llegar mi profundo agradacimiento y sobre todo mi terrible identificación con tus letras.
    Estoy muy cansada de las odas a la perfección maternal, me hace sentir extrañamente imperfecta y oscura. No es consuelo pero si serena saber que otras mujeres naufragan en mi mismo barco. Gracias desde el alma.
    Olga Carmona (de Psicología Ceibe)

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  2. Es precioso y auténtico. Transmite tanta verdad, tanta humanidad... Toda hija debería recibir una carta como esta, así que enhorabuena. Un abrazo

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  3. Totalmente identifica. Gracais por poner palabras lo que muchas sentimos y pocas tenemos el valor de decir y reconocer.
    Un abrazo.

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  4. Tengo lágrimas en los ojos. Me siento tan identificada contigo. Somos las madres que somos y no siempre las que queremos ser, pero trabajando por soltar los lastres que nos dejaron...que no es poco. Me aterra la idea de herir a mi hija sin querer y mientras me quede aliento no dejaré de luchar por ser la madre que ella se merece.
    Un abrazo enorme

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  5. Comparto tu sentir, soy una madre que cuando parió, al mismo tiempo nació, antes de, solo era un zombie que intentaba desesperadamente recojer los trozos de piel que se me caian por montones, después de, todo fue diferente. Juré jamás repetir el patrón aprendido, es muy duro, todos los días me hago la misma promesa, y aunque algunos llego al final mordiendome la lengua y flagelando mis brazos, otros son realmente gratificantes. Gracias por compartir todo esto que muchas sentimos y vivimos, pero que no tenemos el valor y las palabras para expresarnos. Bendiciones y gran abrazo.

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. Con un nudo en la garganta leo y no puedo más que decir que me siento igual que tu en muchas ocasiones. Gracias por poner palabras claras. Un abrazo y p'alante.

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  8. hola violeta gracias. me siento igual. todas deberiamos aprender de ti. gracias por sacar tu niña interior eso si que es sentir empatia por las criaturasd
    besitos entrañables

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  9. Violeta hoy descubrí tu blog.
    Admiro tu forma de describir esto, me pasa así , tal cual
    Gracias

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  10. Creo que los encontronazos son inevitables entre les adultes y les menores, porque partimos de mundos diferentes, eso no es un problema, el problema es no asumir eso y afrontarlo, y entrar en un complejo de culpa tremendo sólo por tener criterios diferentes, inquietudes diferentes o ver la realidad de diferente forma en ocasiones o con frecuencia, dependiendo de cada une; el problema es sentirnos "madre mostruo" por reconocernos como mujeres/personas y no sólo como madres, por aceptar toda nuestra identidad. No obstante, no se puede hacer maternidad entrañable, desde mi punto de vista, sin: formar parte de una colectividad, comunidad o grupo afectivo, en el que tiene que existir el apoyo mutuo y la solidaridad entre todes les componentes del grupo y no sólo desde les adultes hacia les niñes, sino que debe darse entre todes les miembros del grupo.

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  11. Qué duro, pero qué reconfortante encontrar madres que fueron vestidas con los mismos trajes que yo misma. Yo sólo soy madre desde hace 14 meses, pero es el período de tiempo en que más me he sentido tambalear... y no, no quiero que mi hija viva lo que yo viví, y me duele repetir patrones casi sin darme cuenta. Lucho cada día por respetar a mi niña y darle todo aquello que merece, que no es más que mi amor.
    Gracias por esas palabras que ni siquiera eran para mí.

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  12. Gracias por expresar tan bien, tan exáctamente bien lo que yo siento y quiero decir y no me sale. No se hacerlo así, tan claro, tan honesto, tan desgarrador, tan verdad.

    Pero hay una persona que se ha dado cuenta de lo que yo sentía y quería expresar y me ha mandado este enlace. Yo se lo agradezco infinitamente.

    Yo no soy madre. Yo soy padre. Y hago mías cada una de tus palabras porque así las siento.

    Muchas gracias, Violeta.

    Paco.

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  13. Violeta, yo no soy madre, aún, pero si soy hija. Y como hija y futura madre tus palabras me llenaron los ojos de lágrimas.
    Gracias por crear este espacio, por compartirlo, pero como siempre digo, gracias sobre todo por ser.
    Abrazo grande.
    Isis

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