Esa es mi hija!
Ayer mientras paseaba con Kyara escuché ésta frase dicha por una madre a su hija para felicitarla por haber hecho lo que ella le pedía. No puede borrar de mi mente su carita, reluciente, plena, feliz, arrobada de amor por su madre y repleta de amor por si misma por haber conseguido y merecido tan enrome premio: Esa es mi hija!! El reconocimiento total, el amor en su grado más alto. Te reconozco como mi hija, le comunico al mundo que eres mi hija!
Pero que oscura y perversa frase hecha: esa es mi hija! ¿Qué quiere decir? ¿Qué habría pasado si la niña hubiera contradicho a su madre? ¿Ya no sería su hija?... pero que clase de mensaje les estamos transmitiendo con nuestras frases, nuestros actos: que son nuestr@s hij@s en la medida que nos obedecen y hacen lo que queremos; aunque para ello tengan que negarse así mism@s para ser leales a nosotr@s. No nos engañamenos por más felicidad que veamos en sus rostros, frases como estas no contribuyen al bienestar de l@s niñ@s, no mejoran su autoestima, todo lo contrario, son prisiones que construímos para ell@s. Son sólo premios conductistas que nos garantizan que sean como nosotr@s queremos al alto costo de su felicidad, espontaneidad e individualidad.
Por lo menos esta frase es bastante evidente, creo que no habría que razonar, ni explicarle mucho a la madre para que pudiera encontrar el sentido oculto en esta frase hecha, sin embargo estamos tan llenos de prácticas que sustentan este tipo frases y este tipo de manipulaciones, que vamos por la vida esgrimiendo frases de cajón sin ni siquiera preguntarnos a que idea de crianza y de interacción con l@s niñ@s responden. Lo cierto es que si no creyéramos que l@s niñ@s nos deben obediencia una frase así sencillamente no existiría, no tendría razón de ser, porque no tendría una creencia sobre la que sustentarse, ni una práctica de la que nutrirse.
Que grado de manipulación, ¿dónde queda el amor incondicional, el respaldo no importa que, no importa como? Luego por favor no les salgamos con frases como: ¿es que si tus amig@s se tiran por un edificio tú lo haces también? Porque hemos sido nosotr@s quienes les hemos enseñado que el amor es un bien que hay que ganar y que se consigue haciendo lo que los demás esperan de nosotr@s. Acatando, obedeciendo, cumpliendo!
El "amor" como expresión de narcisismo materno es más frecuente de lo que uno cree. Es triste ¿no? ¿Cuánto de lo que hacemos no esconde algo de ello?
ResponderEliminarEsa es mi Violeta!!! jejeje. Estoy contigo en que nuestros hijos son nuestros hijos siempre (o no son nuestros jamás, son hijos de la vida). Pero yo aún me siento más orgullosa cuando veo que mi hija toma sus propias decisiones y consigue hacer lo que quiere, que cuando hace lo que yo le pido. Soy una "raramamá" que disfruta cuando ve que su hija tiene carácter, aunque sea en contra de mis indicaciones. Desde que la tenía en mi vientre sabía que sería así, sabía que era una niña fuerte y valiente que haría con su vida lo que le pareciera. Y a veces es difícil convivir con ella, no lo voy a negar, pero no lo cambio por la docilidad de muchos niños que se mueven como autómatas con miedo de dar un mal paso por decepcionar a sus padres.
ResponderEliminarBesos!!
Es una desgracia que le demos el amor a nuestros hijos con gotero, con condicion, "solo y si". La mayoria de las veces es inconsciente y sobretodo aprendido, de la misma manera que nuestros padres y los padres de ellos lo hicieron; por supuesto que no es una excusa para seguir repitiendo estos patrones. Que tan injusto es que nuestros hijos nos amen incondicionalmente y nosotros no hagamos lo mismo con ellos?
ResponderEliminarHe estado leyendo a Naomi Aldort, Scott Noelle y a Alfie Kohn, ellos hablan de la incondicionalidad hacia los hijos...es hermoso!, he estado aprendiendo mucho, descubriendo otro tanto mas..y sobretodo corrigiendo el camino..todo pos mis Hijos..por lo mucho que los amo!
Gracias por el tema, me encanta tu blog!
Cuánta razón Andrea, hay tanto de ego camuflado en lo que hacemos y decimos, tanto de narcisimo... en realidad tanto vacío en nosotros que tenemos que nadar llenándolo que cualquier forma y a veces a cualquier precio.
ResponderEliminarSonsoles!! que sorpresa me has dado!! que bueno tenerte por aqui!! Si! los hijos no son nunca nuestros! si pudieramos entender eso creo que muchas cosas cambiarían, si dejaramos de sentirnos dueños de su vida!
Te entiendo tanto, a mi también me pasa a veces que creo que sería más "fácil" (aunque mucho más triste) que Kyara hiciera todo lo que yo quiero, pero me alegra su caracter, me emociona verla tomar sus decisiones y defenderlas. ¡Qué vivan las "rarasmamás" y los "raroshijos" que serán "rarossereshumanos"
Alicia!! has dado en el clavo, ellos nos aman incondicionalmente, más allá de que elijamos cosas distintas a ellos, más allá de nuestros enojos y malos días. El sabernos amados tal y como somos, sin importar que o como, nos da la libertad de seguir nuestro camino, de probar y equivocarnos sin culpa, solo con responsabilidad. Tenemos tanto camino por desandar, pero estamos de acuerdo los niños lo valen y nosotros también. Geniales autores te acompañan!
gracias a todas por sus comentarios!
Violeta, en realidad llevo por aquí mucho tiempo, sólo que antes era anónimo porque soy un poco torpe y no sabía como poner mi nombre jejeje. Besos!!
ResponderEliminarJajaja!! pues aún más alegría me da!!!besos!!
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