Había soñado con ese día, me lo había imaginado tanto, siempre feliz, perfecto, maravilloso, el mejor día de mi vida, pero en cuanto entré a ese lugar el mundo se desmoronó Primero me drogaron y cada tanto aumentaban la dosis y así quedé frágil y vulnerable a merced de ellxs. Me abrieron las piernas, me ataron, acostada e inmóvil no fui más que un cacho de carne, cada segundo era peor que el anterior. Entre varios me introducían sus dedos en la vagina, me daban órdenes, entraban y salían de mi, me hacían daño; yo pedía que me dejaran, que por favor pararan, pero era como si no me escucharan, a nadie en todo lo que duró le importó lo que yo decía. Estaban lxs que hacían, lxs que solo miraban, lxs que entraban y salían. Tantas caras, tantas voces, tantos pedidos de ayuda que cayeron en en el vacío. ningunx pareció entender mi dolor, era como si eso que pasaba conmigo fuera lo normal. Yo les decía que no podía más, que pararan, que me dolía mucho y me mandaban a callar, se reían
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